lunes, 25 de julio de 2011

Sobre las redes sociales y los enlaces [Discurso de la boda de Anabel e Isaac, 25 de junio de 2011]


En primer lugar, quiero expresar mi gratitud por poder dedicarles unas palabras, en un día tan esperado e importante para la vida de estos dos amigos, a Anabel e Isaac. Podéis relajaros, que no voy a cantar una jota, aunque al final de mis palabras quizá sería la opción que habríais elegido.
Parece que está de moda el asunto de las redes sociales; sin embargo, su nacimiento data de los tiempos ancestrales, desde que el hombre es hombre y Eva mordió la maldita manzana. El hecho de que el ser humano tuviera la capacidad de comunicarse se transformó en seguida de posibilidad a necesidad.
Las redes sociales que conocemos tienen una propagación exponencial. Los enlaces brotan con una energía impredecible: descubrimos en la primera semana a los amigos en esencia, y a partir de esos enlaces, aparecen de repente familiares, compañeros de trabajo, profesores del instituto e incluso aquel colega que conocimos en la última fiesta a la que asistimos.
Anabel, proclive al uso de la red social, nos ha tenido en vilo con esa eterna cuenta atrás que hoy llega a su fin, enhorabuena; es lo que tiene la docencia, que te permite saber contar en ambos sentidos. Isaac, ese icono del colectivo femenino, se ha apresurado en cambiar su estado cuanto antes para que no le avasallen con un aluvión de solicitudes de amistad, con o sin derecho; menos mal que has avisado que estás casado, porque si no la entrada de "quién te llena de salami, Amador" iba a rebosar de comentarios.
Pero las redes sociales también pueden tener víctimas, como lo han sido los protagonistas de este evento. Se generó el Movimiento 25J, del que la mayoría de los aquí presentes somos cómplices, con una firme amenaza de comenzar la lucha armada. De nada sirvió. No sabemos si en la intimidad del lecho matrimonial Isaac lucirá una tirita placentera o si Anabel le cantará el "Happy Birthday" caracterizando a Marilyn.
Pero, al fin y al cabo, las redes sociales que conocemos son simples enlaces, líneas que unen dos puntos, nexos entre perfiles. Existe otra red social, la vuestra, la de verdad, la que realmente protagoniza vuestras vidas, la que empezasteis a tender hace 26 años; esa misma red que nos ha reunido hoy a todos en este precioso paraje. Nos quisisteis hacer parte de vuestras vidas, y ahora sois parte de las nuestras. En esta red social, los enlaces no se programan con unos y ceros, ni se modifican con la facilidad de un clic; estos enlaces tienen magnitudes que no se pueden medir, que residen por encima del bien y el mal, como la amistad, la paciencia, la sonrisa o el suspiro.
Hoy, Anabel e Isaac, vais a fortalecer vuestro enlace, y todas esas cosas que no se pueden medir van a reinar día a día en vuestras vidas. Referenciando la teoría de conjuntos de Victoria, disfrutad de la sinergia del matrimonio; no olvidéis que YO soy importante, que TÚ eres especial, pero que un NOSOTROS es más fuerte que un TÚ y un YO.
Vosotros sois unos afortunados: no sólo habéis encontrado la felicidad, sino que la podéis disfrutar. Aprovechad, el tiempo siempre ha sido un enemigo: vuela como las nubes, como las naves, como las sombras; no sabemos qué plato nos tendrá preparado el destino para el día de mañana. No seáis esclavos del futuro; disfrutad del día a día (a pesar que en las últimas semanas haya sido difícil). No os guardéis ni un solo TE QUIERO, ni una sola sonrisa de complicidad. No permitáis que el AMOR sean sólo cuatro letras, porque yo, y todos los presentes, os queremos. Dejaos querer. Tornad a vuestro eje cuando el equilibrio os juegue una mala pasada. Como dijo Sabina, "que todas las noches sean noches de boda, que todas las lunas sean lunas de miel". Que vuestra vida se llene de colores y canciones. Sabéis que, en cada despertar tendréis a vuestro lado una meravegliosa creatura, una nueva oportunidad de haceros más grandes.
Anabel, supongo que no te tendré que introducir al léxico de tu marido, pero si algún día se borran de tu memoria los significados de "dieciochos los ojos", "cuanto tiempo silvestre", "tengo el corazón en vinilo", "la furgà", los acontecimientos "hípicos", "as as (moviendo los brazos hacia delante y detrás, como un lego)", puedes empezar a preocuparte.
Ante vosotros tenéis bastantes candidatos para apadrinar a un mini-Isaac o a una mini-Anabel. Seguro que cualquiera de los presentes está dispuesto a acoger esa herencia que, el día de mañana, dejaréis sobre la faz de la Tierra.
Ninguno de nosotros os va a fallar. En días como hoy, los peros se quedan en casa. Confiamos en vosotros. Ya sois una pareja entrañable y maravillosa. Gracias, gracias y gracias, por hacernos orgullosos y cómplices de este enlace. Hemos depositado una confianza sin luces. No nos falléis pero, sobretodo, no os falléis.
Acabaré mis palabras definiendo la esencia de lo que hoy formalizáis ante todos nosotros, con el soneto "Desmayarse" de Félix Lope de Vega.

Desmayarse, atreverse, estar furioso,
áspero, tierno, liberal, esquivo,
alentado, mortal, difunto, vivo,
leal, traidor, cobarde y animoso;

no hallar fuera del bien centro y reposo,
mostrarse alegre, triste, humilde, altivo,
enojado, valiente, fugitivo,
satisfecho, ofendido, receloso;

huir el rostro al claro desengaño,
beber veneno por licor süave,
olvidar el provecho, amar el daño;

creer que un cielo en un infierno cabe,
dar la vida y el alma a un desengaño;
esto es amor, quien lo probó lo sabe.